Por muy persuasivo que sea un texto, este necesita un cambio de tono dentro de su propio hilo persuasivo, digamos que un espejo distorsionado desde donde se tuerza el modo retorico establecido dentro de la historia.
Los filmes ‘La Vida es Bella’ y ‘La Ballena’ son dos ejemplos exquisitos de excelente dinámica de persuasión de las historias que estos cuentan.
El largometraje italiano La Vida es Bella, 1997, escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni, nos cuenta la historia de una familia judía en medio del sinsentido de la doctrina de los nazis alemanes de extinguir a los judíos. A lo largo del guion, el humor es el mecanismo usado para mantenernos persuadidos a la triste historia, la cual no nos daremos cuenta de su tristeza hasta la última secuencia de la película gracias a su gran maniobra persuasiva. Escena tras escena, el protagonista nos hace reír con su forma de afrontar la actualidad que acecha a la sociedad italiana bajo el gobierno del pronazi Benito Mussolini. No es hasta la escena final que el humor retorico da un giro de 180 grados, como moraleja de la película ensenándoos que la vida, por muy trágica que esta sea hay que saber afrontarla de una forma más divertida, o simplemente nos enseña un espejo torcido de todas esas escenas que nos hicieron reír para avergonzarnos. Comoquiera que sea, ese giro retorico al final del filme reafirma la solidez retorica que mantiene a la audiencia en pleno disfrute; es decir, cubre todo un espectro de matices en la inteligencia de la audiencia.
La otra película, la americana La Ballena, 2022, adaptada por Darren Aronofsky y protagonizada por Brendan Fraser, quien ganó el Oscar por su actuación, apoya su trama en una retórica
desesperanzadora pero que se desmarcará en su clímax final para dejarnos una nota positiva. La obesidad de Charlie, un profesor universitario de literatura, ha cerrado todas las puertas de una vida normal, solo que antes de cerrar esa última puerta, la que lo mantiene con vida, nos entregará todo lo extraordinario que puede ser si vivimos con entusiasmo. Desde el punto de vista retórico, esta adaptación de una obra de teatro, conocida por el mismo título, es difícil de digerir; sin embargo, no deja que la audiencia dude por un segundo abandonar la historia; así es que la audiencia es recompensada con un vuelco retorico inesperado.
Comments